¡Buenas tardes!
Espontáneamente, este fin de semana he conectado con la necesidad de complementar mis publicaciones en el blog y en las redes sociales con elementos nuevos más allá de las palabras y de la mente.
¿Por qué?
Tanto a nivel profesional como a nivel personal muchas veces compruebo que el discurso se queda limitado a la hora de conectar con lo que sentimos, expresarlo y trascenderlo a nivel emocional. De hecho, en cuanto a mi experiencia personal se refiere, he podido ir hacia la parte más profunda e íntima de mi ser y regular aquello que estaba encallado o incluso silenciado muchas de las veces gracias a la música, el baile, el cine o sencillamente al conectar con la belleza de la naturaleza.
Es por esto que me he animado a unir más canales expresivos y perceptivos a los artículos que voy subiendo, porque donde la mente racional quizás no alcanza a elaborar quizás sí lo hace la mente emocional a través de lo que le sugiere una canción, un silencio, una imagen, un diálogo ajeno...
Espero que estos nuevos matices enriquezcan el contenido de los posts que voy escribiendo. En cualquier caso para mí es apasionante poder sumar información cercana a mundos más creativos y sensitivos que estimulan sentidos que a veces tenemos en desuso y que son excelentes aliados de nuestras emociones.
