Para adentrarnos en el concepto de AUTOCUIDADO tenemos que rescatar el concepto de AUTOESTIMA pues son dos términos que se retroalimentan: cuando aumentas tu capacidad de cuidar de ti mismo también aumenta tu auto-estimación y a la inversa. Tal y como hemos visto en otras entradas del Blog, la autoestima está relacionada con la percepción que tienes de TI MISMO y una autoestima positiva va ligada al compromiso interno de vivirte CAPAZ de manejar los retos básicos de la vida cotidiana y de sentirte merecedor de ser FELIZ.
Dicho esto, el autocuidado llega como una manifestación más de atender y reforzar tu VALÍA personal. Esto significa poder vivir tus necesidades VÁLIDAS y DIGNAS de ser atendidas, sentirte en coherencia con tu pensar, sentir y hacer así como ejercer la responsabilidad de CUIDAR BIEN de ti actuando de forma RESPETUOSA y AMABLE con tu CUERPO, tus HÁBITOS, tu ENTORNO y tu SER.
Ejercer una conducta de AUTOCUIDADO contigo mismo es esencial para asumir un desarrollo completo de tu PERSONA y la buena noticia es que es una habilidad que siempre estás a tiempo de aprender e incorporar en tu vida.
¿Cómo puedes cuidar bien de ti mismo?
A continuación te dejo con algunas indicaciones que puedes APLICAR para favorecer tu AUTOCUIDADO.
Trátate con amor. Acéptate con toda tu complejidad. Entrena un diálogo comprensivo y constructivo contigo y evita juzgarte de forma severa. Comprende tus límites y concíliate con tus imperfecciones
Aplica rutinas saludables. Seguramente tu agenda esté llena de compromisos y tareas y se trata que a partir de ahora también reserves hueco para ti. Date tiempo para descansar. Come despacio y aliméntate de comida nutritiva y equilibrada. Ten tiempo para realizar tus trayectos a pie o en bici o date la oportunidad de pasear por algún entorno agradable.
Haz cosas que tengan valor para ti. Es indispensable que te dediques tiempo para desarrollar aquello que te provoca satisfacción y a lo que tú le das valor. Estas actividades estimativas son totalmente personales, a algunos les sienta bien hacer deporte, otros implicarse en tareas más creativas, quizás algunos necesiten reposar y silencio y en cambio otros salir de la inmovilidad y hacer planes estimulantes, hay quienes necesitan revitalizarse en ambientes de naturaleza y otros enriquecer sus mentes con cursos/charlas/películas, etc.
Establece relaciones personales equilibradas y sanas. Es importante tener personas en tu entorno (amigos, familia, compañeros) en los que generar vínculos de confianza e intimidad.
Trata con amabilidad al prójimo. Adopta una actitud positiva con quien te rodea en tu vida cotidiana, incluidas aquellas personas que no tienen por qué ser conocidas y con las que interaccionas en tu día a día (el vecino, el panadero, el compañero de asiento del metro, etc.) Tratar con respeto y simpatía a quien te topas ayuda a armonizar el ambiente y genera una buena percepción de uno mismo. Si el otro no se suma, es problema del otro.
Sal de la queja. No alimentes los circuitos de lamentación pasiva. Puedes conectar con el malestar que te provoca determinada situación pero no te aferres a una actitud victimizante. Si hay algo que esté a tu alcance hacer entonces pon remedio y si no puedes influir en ello haz un proceso de aceptación y así finalmente poder soltar el impacto que te genera.
Sé optimista y pon humor a los inconvenientes que puedan surgir. Tanto el optimismo como el humor son dos ingredientes básicos para el bienestar y la salud psicológica.
Mantén una actitud de gratitud. Presta atención a aquellas situaciones que te favorecen y dales el valor que les corresponde. Acostumbra a tus sentidos a detectar también aquello que va bien en tu vida, es algo que promueve la sensación de bienestar global a largo plazo.
Estas son algunas sugerencias que puedes ir ajustando según los cuidados que demanda cada etapa por la que estás transitando. Lo importante es saber escucharte y tomar conciencia de cuáles son tus necesidades emocionales y de qué manera puedes ocuparte de ellas para satisfacerlas. El AUTOCUIDADO (saber cuidar bien de uno) es indispensable para el completo desarrollo personal y para cultivar una salud óptima tanto a nivel físico como psíquico, relacional y espiritual. Las personas que gozan de bienestar personal se sienten capaces de autogestionarse, de alcanzar las metas que se proponen, tienen una alta percepción de satisfacción vital y se relacionan con el mundo de forma sana. Parece que es una energía bien empleada. ¿Te sumas?
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