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  • Foto del escritorSílvia Pérez

MUNDO IDEAL



🧑 "Seguro que si tuviera más dinero / belleza / éxito / una pareja de ensueño... sería feliz" 👫 "Debería ser todo como al principio de conocernos, entonces sí que vibrábamos cada vez que nos veíamos" 🔮 "Si realmente le importo debería saber lo que necesito"


👩🏻‍🦱👨🏻‍🦰 "No se lo voy a pedir, debería de nacer de él" ...


¿Os suenan algunos de estos pensamientos? ¿Cómo lleváis las expectativas hacia cómo deberían ser las cosas y cómo son en realidad? Es importante saber detectar cuándo se instalan en nosotros esquemas mentales que se rigen bajo patrones de un MUNDO IDEAL porque corremos el riesgo de chocar constantemente con una realidad que nos frustra, que nos decepciona, que nunca está a la altura de lo que esperamos... Y esto probablemente nos avoque a vivir en una eterna INFELICIDAD pues lo que se tiene, LO REAL, nunca nos genera la suficiente satisfacción. Es lo que tiene el 🧠 PENSAMIENTO MÁGICO, que nos lleva a esta LUCHA ESTÉRIL de poner energía en lo que nos FALTA en lugar de enfocar la energía en lo que TENEMOS.


Desear está bien, pero con medida y cierto realismo. Si son deseos que tengas lo que tengas nunca cesan quizás partan de una mirada IDEALIZADA del mundo. Si es así estás padeciendo el MAL DE LOS INSACIABLES. Este mal es terrorífico. Es como querer llenar un monedero con un agujero en la base, estás sentenciado al fracaso. Por muchas monedas de oro que entren nunca vas a sentir que está lo suficiente lleno de valor.


Cuando tenemos la convicción que NECESITAMOS un sinfín de condiciones para estar bien, nos estamos ubicando en una FELICIDAD EXTERNALISTA, es decir, que nuestra FELICIDAD depende de lo que nos llega de fuera. Y pretender llenar nuestros 'agujeros' con elementos externos conlleva una sensación de insuficiencia y de vacío que no cesa. Lo peor de todo es que de hecho ¡AUMENTA!


Por necesitar sabemos que necesitamos muy poco, tan sólo cubrir nuestras necesidades básicas. Lo que se añade a ello son extras de los que mayormente podemos prescindir. Así que aferrarnos a un mundo ideal nos aliena de nosotros como SUJETOS y distrae de lo que realmente necesitamos para reparar ese VACÍO: SER.


¿Qué os parece si vamos ajustando cada vez más el mundo ideal al mundo terrenal? Quizás nos genere menos frustación al destinar la energía en algo productivo, apreciando e incidiendo más y mejor en lo que sí existe, en lo que ES.


Puestos a desear que sea con al menos un pie en la tierra ¡y si son los dos mejor que mejor!


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