Tras unos días de descanso en las vacaciones de semana santa me reafirmo en lo bien que sienta parar el ritmo y con estar con uno mismo. Con energía renovada planteo la necesidad de incorporar en la cotidianeidad mayores dosis de conciencia que nos lleven a alimentar otras esferas más allá del trabajo y el estrés al que a veces nos vemos abocados.
Aprovecho para hacerme eco de la reflexión de Claudio Naranjo que dice que "estamos desconectados de nuestro ser pues somos esclavos de trabajos alienantes que necesitamos para cubrir necesidades espurias y superfluas, cuando no para un enriquecimiento excesivo, en algunos casos obsceno. Para conectar con nuestra esencia se necesita tiempo, más calma, un ambiente más relajado, tomar conciencia de la existencia".
¡Que tengáis una buena reincoporación!
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