Dar una alta en terapia es un momento muy emotivo siempre. La persona ha hecho un proceso de cambio interno en el que se hace evidente la mejora de su estado emocional y la disposición de articular sus recursos internos para desenvolverse saludablemente con los contextos que se encuentre a su paso.
Desde mi rol como psicóloga es totalmente gratificante apreciar el contraste que se da entre el estado con que vienen en la primera sesión y la transformación que se ha dado en comparación a la última sesión del proceso de terapia.
En este caso, no sólo es emocionante participar del alta terapéutica por estos motivos sino que además me siento muy honrada al recibir un regalo pensado y realizado por la paciente. Como véis es una taza hermosa diseñada por ella que combina una ilustración diurna junto con una nocturna simbolizando los claroscuros de la vida. Me sobrecoge encontrarme con tanta generosidad.
Me siento dichosa por dedicarme a una profesión que me apasiona y tener la oportunidad de conocer personas maravillosas que llegan a mi consulta.
Tot un honor acompanyar-te en aquest procés!
