Hoy impera una sociedad de consumo que nos inunda de conceptos relacionados con la incesante búsqueda del bienestar desde fuera. Es decir, en función de lo que tienes, haces y las metas que consigues eres más o menos feliz. Por supuesto que, por mucho que intentes ser feliz a través de ello, nunca es suficiente porque siempre aparecen nuevas metas, nuevos deseos, más cosas que tener... Y si seguimos buscando la felicidad fuera, por esos mismos terrenos, antes o después caeremos en la cuenta que son caminos inertes y nunca nos llevarán al resultado esperado.

Lo peligroso de todo ello es permitir que estos conceptos acaben incorporándose en nuestro sistema de creencias y nuestro estilo de vida sin cuestionarlos. Con la ilustración de hoy me gustaría reflejar lo importante que considero que es detenernos más a menudo y conectar de verdad, desde dentro. Pero no es sencillo si llevamos muchos años envueltos en este embrollo. Puede ser que incluso hayamos olvidado cómo se hace. A mí me ayuda mucho observar a los niños cuyas mentes todavía no han sido educadas. Ellos se rigen de forma innata por sus propios impulsos vitales, con autenticidad, con energía, en plena consonancia con su propio sentir. Y aquí está el desafío: resintonizar con lo que sentimos y necesitamos, afinar nuestra intuición y reencontrarnos con la propia esencia.

Quiero matizar que aunque con la entrada de hoy hago un llamamiento a conectar con uno mismo desde dentro, no creo que ello pase por excluir al otro, o a lo externo. Últimamente hay diversas corrientes enfocadas exclusivamente en el fortalecimiento del yo-mi-me-conmigo que creo que corren el riesgo de convertirse en procesos igualmente poco saludables. Además tampoco soy partidaria de planteamientos morales acerca de lo que es mejor o peor para las personas. A lo que me refiero es que sea lo que sea lo que hagamos con nosotros y con nuestras vidas, que lo hagamos desde la consciencia. Que sepamos discernir lo que es nuestro de lo que es aprendido, identificar la influencia que tiene nuestra historia personal sobre nosotros así como los parámetros socio-políticos en los que nos vemos envueltos . Y así sintonizar con lo que anida en nosotros y tener un papel activo con lo que nos pasa.