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Foto del escritorSílvia Pérez

Guerra y paz



La forma en que miramos y damos significado al mundo nos dice mucho sobre cómo somos. Cuando uno se siente satisfecho consigo mismo suele mostrarse más conforme también con los otros y el mundo, pues asume la gestión de su propio bienestar y de igual modo en que acepta incondicionalmente sus virtudes y defectos también se muestra más comprensivo con lo mejor y peor de cada uno.

El que tiene dificultad por aceptarse a sí mismo tiende a proyectar ese inconformismo en los otros. Si uno no se siente en paz consigo mismo es muy probable que asuma un rol de víctima, o queja o incluso acuse a los otros (o al mundo) por lo que le sucede, situando la responsabilidad fuera y esperando que los otros cambien por él. Esa posición de juicio es un pozo de frustración constante que no deja posibilidad al cambio.

Aceptarse implica abandonar la crítica y alimentar la compasión, y cuando aprendes a hacerlo contigo también aprendes a hacerlo con los otros. Cuanto más en paz estás contigo, más en paz estás con tus semejantes.

Psicologia_Barcelona_Silvia_Perez_edited
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