Rogers parte de la premisa de que las personas son básicamente buenas o saludables. Entiende la salud mental como la progresión normal de la vida, y considera la enfermedad mental, la conducta criminal y otros problemas humanos, como distorsiones de la tendencia natural.
En su libro 'Psicoterapia centrada en el cliente' refiere que “el organismo tiene una tendencia o impulso básico a actualizar, mantener y desarrollar al organismo experienciante”. Ello me hace plantear que a veces resulta difícil soltar nuestros intentos de control y confiar en los propios recursos y los de los otros. Podemos caer en pretender 'cultivar' al otro (o a uno mismo) en lugar de dejarlo crecer de forma natural. Buscamos incesantemente estimular cambios, precipitar movimientos, cuando muchas veces 'los cambios' y 'los movimientos' más poderosos y eficaces se producen en contexto de libertad y confianza. Para que el individuo se desarrolle muchas veces solamente requiere contar con las condiciones propicias para ello. Suscribo su creencia de que la persona tiene una tendencia innata al desarrollo, toda persona tiene poderosas fuerzas constructivas en su personalidad que necesitan manifestarse y que se les dejen operar.
¡Que tengáis un buen fin de semana!